Un campeón decidido
Cómo René Lacoste persiguió su sueño y forjó su carrera.
Una mente de acero
René Lacoste no estaba predestinado a una carrera deportiva. A los 18 años, tomó la decisión de dedicarse por completo a su pasión, el tenis. Entrenaba sin descanso para mejorar su fuerza, precisión y concentración, para que su técnica fuese "lo más perfecta posible". Jamás perdió, hacía de cada derrota una victoria para mejorar. Un método que le resultó efectivo: ganó siete torneos individuales y jugó en el equipo francés que ganó la Copa Davis en 1927 y 1928.